Seguro que en los tiempos de crisis que nos encontramos, tanto particulares como Administradores de Fincas, se estarán preguntando que qué alternativas pueden haber a la compra o alquiler. Dado que los alquileres se sitúan muchas veces a precios de hipoteca y la gente se sigue preguntando si pagar un alquiler no es tirar el dinero…
Ha caído en mis manos, un artículo que me parece muy interesante, no obstante, no hay duros a cuatro pesetas ni Administradores de Fincas y Comunidades de Vecinos que si lo hubiera, no lo habrían tenido en cuenta.
La cesión de uso es una alternativa muy interesante, eso sí, siempre que dispongas de un poco de capital para dejar en depósito, aunque luego la devuelvan, es decir, una superfianza…
Fuente: En España hace unos años se puso en marcha una tercera vía para acceder a la vivienda, que mantiene la estabilidad de permanencia de la compra y la movilidad del alquiler. Estamos hablando de las cooperativas de cesión de uso. En España, el término ‘cooperativa’ suele referirse a otro tipo de proyectos: grupo de particulares que se unen para poner en marcha la construcción de una promoción de viviendas nuevas. Sin embargo, este modelo de uso no persigue la edificación de nuevas casas, solo gestiona quién vivirá en ellas y quién las utilizará.
Funcionamiento de las cooperativas
“Es un sistema de acceso a la vivienda situado entre el alquiler y la propiedad, en el que la tenencia del inmueble reside en manos de la cooperativa de forma conjunta“, explica Raül Robert, presidente y socio fundador de SostreCívic, una asociación y cooperativa sin ánimo de lucro que promueve, gestiona y busca financiación para proyectos de acceso a la vivienda basados en Modelos de Cooperativas de Uso (MCU). “Los usuarios gozan del espacio de vivienda, de espacios comunes y de servicios, participando en el diseño y aquellas procesos que deseen para abaratar sus cuotas”, añade Robert.
La asociación Sostre Cívic ha sido la pionera en emprender esta iniciativa en nuestro país. Esta organización fundada en 2004, ha emprendido siete proyectos repartidos entre Manresa, Barcelona, Figaró, Andalucía y País Vasco. Los interesados en vivir en este tipo de viviendas deben entregar un depósito de entre 6.000 y 12.000 euros y pagar un alquiler, normalmente, por debajo de los precios de mercado, de entre 190 y 450 euros mensuales, que se destinarán al mantenimiento, rehabilitación y la mejora del edificio y a los gastos comunes. Esta mensualidad, además, irá bajando a medida que se amortiza el pago de la hipoteca que contrató la cooperativa para la compra del inmueble.
El particular es propietario del derecho de uso de la vivienda. Podrá permanecer en la casa de forma indefinida y si en alguna ocasión quiere mudarse, le será devuelta la entrada inicial que entregó, aunque tendrá que avisar con seis meses de antelación. A diferencia de la compraventa, el cooperativista no la podrá vender, ni transformar en propiedad tradicional, ni subarrendar, aunque sus familiares de primer grado sí podrán ‘heredar’ el derecho al uso.
Modelo social y adaptable
“El derecho de uso puede ser intercambiable”, señala el socio fundador de SostreCívic, “de manera que se puede adaptar tu vivienda con el paso del tiempo en función de tus necesidades, ya seas joven y necesites menos espacio, para cuando formes una familia, por si te divorcias, o para cuando te hagas mayor”. Asimismo, también encaja una buena opción de vivienda social, ya que puede ser accesible para grupos de gente mayor, jóvenes, grupos de cohousing, grupos mixtos con personas de riesgo de exclusión, etc.
De hecho, ante las pocas facilidades de que se venda un piso hoy en día o se alquile sin problemas, el régimen de cesión de uso se posiciona como una buena alternativa para dar una salida a los pisos sin vender de las entidades financieras españolas. De hecho, algunas de estas cooperativas se han puesto en contacto con los bancos y con la Administración pública para que consideren esta propuesta de activación de patrimonio en desuso. “Estamos abiertos tanto a promotores con todavía edificios en stock como a entidades financieras para estudiar la viabilidad en cada caso”, afirma Robert.
No solo se trata de construir casas nuevas, sino que también se puede adaptar a casas antiguas rehabilitadas así como a otros espacios en desuso: obras por acabar, pisos vacíos, pisos en venta sin utilizar, etc. Entre otros objetivos, este modelo se ha creado con el objetivo de combatir la dura especulación del mercado de compra y alquiler que ha conducido a la creación de la burbuja inmobiliaria.
Otros países
La extensión de esta opción habitacional todavía es escasa en España. Tal y como apuntan desde SostreCívic, en la actualidad hay sólo 35 viviendas en activo, más unos 10 proyectos en marcha. Esto se debe no solo a la crisis económica, sino también al intrincado sistema normativo de las Comunidades Autónomas que en muchos casos, y ante innovadores proyectos, suele haber muchas trabas.
El modelo de cooperativas de uso ha nacido a ejemplo de otros proyectos europeos e internacionales llevados a cabo con éxito, como en Dinamarca, donde un tercio de la población accede a una vivienda por este sistema. Es el famoso modelo Ándel, la primera cooperativa que se creó en el país escandinavo. También existe el modelo Wohnprojekte en Alemania, que se creó en la década de los 70, donde además, de ser una cooperativa de gestión de inmuebles asequibles, también tiene espacios comunes compartidos por las personas que lo integran, como salas de reuniones con cocina o baño, habitaciones para invitados, jardín, lavandería, espacios para juegos infantiles, etc. En Uruguay se encuentra el modelo FUCVAM, la Federación Uruguaya de Viviendas por Ayuda Mutua, que administra la propiedad colectiva de estos inmuebles.
Una vez que los ciudadanos abran sus miras y se den cuenta de que los modelos actuales para acceder a una vivienda no satisfacen sus necesidades ni están diseñados para hacerlo en época de ‘vacas flacas’, despuntarán estas nuevas formas habitacionales más asequibles e igual de eficaces y satisfactorias para los usuarios. La necesidad de una mayor visibilidad de estos proyectos y la comprobación de su efectividad en casos ya llevados a la práctica terminarán por convencer a una gran cantidad de personas, que actualmente se ven en la necesidad de e
manciparse y adquirir su propio espacio.
Fuente: Pisos.com